martes, 25 de noviembre de 2008

Las horas


Cuando voy andando al trabajo a veces escucho música en mi mp3, por cierto allí tengo una gran mezcla de canciones, de todo un poco. El otro día, mientras caminaba iba pensando en el tiempo, en cómo vivimos teniendo el reloj como el ordenador de nuestros días, todos vamos a la orden del reloj, a esta hora esto y aquello a la otra. Es increíble el stress que a veces nos causa, sobre todo cuando nos angustia llegar tarde al trabajo, a una cita, al médico, en fin corre que te corre. Tenemos los días divididos en horas y así tenemos que organizarlo. Todo tiene una hora. Sin reloj no se puede vivir , sería un caos en esta civilización moderna.

Los fines de semanas se llevan con más calma, queremos que las horas pasen lentas para descansar de ese “reloj”.Algunos lo logran sin embargo otros no pueden hacerlo más que algunas veces por circunstancias.

Y así como vivimos horas de inmensa alegría, de amor, vivimos también horas de dolor y tristeza, esas que nos detienen, que parecen que el reloj no existiera, en esos momentos en que nuestro “sentir” es más fuerte que todas las reglas, las emociones no tienen horas, son tan intensas a veces que traspasan el tiempo, no sabemos si es de día o de noche, si hay que comer o dormir.
En ese tiempo somos más sentimiento que razón.

Justo ahora se me acabó el tiempo libre, pero estoy serena y satisfecha de haber escrito este post.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola amigui, qué bello post de reflexión, es muy cierto, estamos pendiente de un reloj, es impresionante, desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, si cobraramos cada vez que miramos la hora fuese el mundo millonario, pero que paradójico, es lo que dices cuando estamos viviendo algo de alegría, de disfrute ni nos acordamos si lo tenemos en la muñeca, en el celular... ni pendiente. Ojalá se incrementen en todos la ausencia de relojes para dar paso a momentos de disfrute y alegría extrema. Un besote, tqm!!!

Tawaki dijo...

Mi reloj no descansa ni los fines de semana, y es que con esto de querer aprovechar hasta el último minuto no hay tiempo pa'ná.

Un abrazo.