
Porque estamos cerca del día de Navidad escribo este post. Cierto que es un período en el que parece que un manto de comprensión y cariño envuelve a muchos seres humanos.
La mayoría quiere estar en armonía, paz y felicidad. Aquéllos que se dedicaron todo el año a ser simples figuras que ni una llamada te hicieron para saludarte, los que se enfadaron y que te dejaron de hablar, los que al parecer les importabas un pepino entonces de pronto quieren hacer las paces, te llaman , te buscan y te ofrecen esa vuelta a sus vidas de la que te habían echado por discusiones o porque simplemente habías tenido que salir ya que estaban ocupados en asuntos más importantes o simplemente te olvidaron por el corre corre del día a día.
Excusas siempre las hay y perdones también. Sobre todo en Navidad. Pero luego a la vuelta de Enero y el año siguiente a ver que sucede, si esas figuras se van a quedar en una simple imagen de foto o van a dejar de ser figuras y verdaderamente se van a comprometer en una unión sincera y se van a convertir en seres humanos de carne y hueso.
Aunque pueda parecer un poco radical. Me gusta compartir la Navidad con los que me han estado cerca, los que se han preocupado por mí, los que me saludan , los que han compartido mi día a día, me recuerdan y me llaman por teléfono, me han visto reí, llorar, enfadarme y alegrarme. Esos que forman parte de verdad de mis días. A los demás no tengo nada que perdonarles, tengo fotos y recuerdos, algunos muy bonitos y prefiero que se queden así como figuras y no que se me acerquen para luego volver a lo mismo. No le veo sentido.
Lo más bonito de la Navidad para mí es estar entre la gente que de verdad te quiere de la familia y los amigos.